viernes, 9 de octubre de 2020

Capítulo 2

 Elizabeth y Victoria siguen hablando sobre una de las camas de la habitación de hotel en la que se hospedan.

--Mac me marcó, aunque he estado con otros no ha sido lo mismo. Su mirada, su sonrisa me persiguen.

--¡es que lo buscas en cada hombre y ya son muchos años¡

--7. 7 años --dice Elizabeth con amargura.

--ya dicen que el primer amor nunca se olvida pero es que lo tuyo es pasarse, se portó contigo como un cerdo y tú lo sigues esperando.

--No es que lo espere, yo ya sé que hay una posibilidad entre un millón que lo encuentre. Yo me resigné. No lo busqué nunca y pude hacerlo.

--¡¡menos mal que no se te ocurrió hacer ese tontería¡

--Yo te juro que he tratado de olvidarlo en otros brazos, son muchos hombres lo que han pasado por mi vida pero ninguno me ha dejado huella.

--que más te cuesta uno más.

--Es que estoy cansada de esa vida frívola, sin amor.

--Los toreros son muy excitantes.¿nunca te habías fijado? ¡¡como les queda ese traje que se pone, que culo que se les ve... y lo otro¡¡ ¡¡¿¿nunca te habías preguntado si es natural o se meten algo?

Con un poco de vergüenza, Elizabeth le dice:

--bueno, la verdad es que sí me lo había preguntando.

--pues yo te juro que sí es natural... ¡¡vaya sí lo es¡ 

Victoria habla excitada, aunque a Elizabeth le escandaliza un poco se ríe mucho.




Por otro lado, un hombre guapísimo se está duchando. Ha cubierto todo su cuerpo escultural de jabón. Luego esa belleza cuando ya está toda remojada y enjabonada comienza a aclararse. Con sus manos recorre su fornido pecho mientras el agua jabonosa desliza por su barriga, piernas. Se toca los genitales, disfruta con la cabeza bajo el agua. Está muy relajado. Cuando más a gusto está tocan el timbre. No tiene ganas de abrir pero insisten. Nervioso apaga el grifo.

--¡¡ya voy, ya voy¡¡ --dice molesto-- ¿¿quien será el pesado?

El guapísimo hombre desnudo se coloca una toalla en la cintura y va rápidamente hacia la puerta. Lo llena todo de agua.

--¡¡mira cómo lo estoy dejando todo cómo sea número equivocado me lo cargo¡¡

En toda la casa hay objetos taurinos y fotos suyas en plena faena. Cuando llega a la puerta mira quien es.

--tenía que ser él --dice seductor.

Sebastián le abre. Es Julián.

--venga pasa.

--¿¿cómo me abres así? si nos ve alguien no sé que van a pasar de nosotros --dice Julián divertido.

Julián pasa y el otro cierra la puerta.

--eres tú el que me has interrumpido.

Julián lo mira con cara de depravado:

--¿¿tú estabas con una tía?¿¿dónde la has escondido?

--claro que no, sino no te abro. Me estaba dando una ducha.

--Eso ya lo veo pero podías estar acompañado.

--Pues no, no he tenido suerte.

--Pues yo sé... ¡¡que hembrón¡¡

--si, ya vi a esa morenaza. No es española ¿no?

--Pues igual que tú.--dice con ironía.

El chico que tiene acento francés dice:

--No lo digo por criticar, quería decir que de dónde era.

--Exactamente no sé  no hablamos, tiene acento de americana... sólo sé que se llama Victoria.

Los dos amigos se miran con cara de depravados.

--¿y cómo es en la cama?

Por la cara de él ya se ve que es muy buena. Los dos amigos ríen mientras Julián le encanta todos los detalles, eso sí exagerados.

--¿y dices que tiene una amiga?¿y es linda?

--La verdad es que sí, es muy rubia y muy guapa. Si no te gusta a ti pues yo no le pienso hacer un feo.

--¿me buscas citas? --dice Sebastián con ironía.

--bueno, tus últimos polvos han sido gracias a mí. No lo olvides... Si no fuera por mí estarías seco ¿o no? 

--Si pero es que tú ya tienes tu prestigio. Yo tengo que luchar duro primero porque soy francés y aqui no se me conoce y segundo porque llevo menos tiempo que tú.

--bueno, Sebas, a mí tampoco me han regalado nada y no te quedes que ya estás en los primeros puestos...

--sí pero no estoy consolidado como tú y no me quiero distraer.

--las dos cosas son compatibles, eso te lo aseguro yo --dice Julián con mirada de pervertido. 

--vale pero tampoco hace falta que me des clase... ¿y en qué quedaste con las americanas?

--Victoria me prometió que su amiga vendría mañana a vernos a la plaza.

--¿y porqué la dejó sola?

--Porqué no le gustan los toros.

--¿y entonces?

--pero eso no quiere decir que no quiera conocer a unos toreros guapos como nosotros... en este caso tú.

Sebastián traga saliva. Los amigos chocan sus manos y se sonrien con complicidad.

--mañana pasaremos la tarde los cuatro y luego yo echaré un polvo con la mía y tú... eso será cosa tuya.

--de eso no te quepa ninguna duda.

--aunque te advierto que no se ve tan liberal como la mía aunque con tu acento seguro que cae enseguida.

Sebastián exagerada su acento, sonríe seductor. Los dos amigos siguen hablando muy divertidos.


A la mañana siguiente, Elizabeth y Victoria están entrando en la plaza. La morena va empujando a su amiga que está muy insegura.

--no sé si esto está bien.

--¡¡chica, que no vamos a robar un banco¡¡

--sí pero vamos a ser cómplices de asesinato. Esos pobres toros no han hecho nada para que se los trata de esa manera.

Elizabeth está en la cola, Victoria la va empujando:

--no vengas ahora con tus charlas en favor de los animales, que aquí nos tiran piedras si nos metemos con su Fiesta Nacional.

--pero es que si estoy en contra de que se maten animales para comer que para algo me he hecho vegetariana, pues no te digo estar aquí.

--pero es que no vamos a matar un toro,  tú si quieras miras al torero que son muy guapos o a su paquete.

Elizabeth se ruboriza, además ya hay gente  buchoneando:

--¡¡toros, fiesta nacional... fiesta nacional¡¡

Elizabeth se calla y decide entrar aunque no participa de nada y se siente muy incomoda. Victoria mira embobada al Juli. Ese torero la fascina. Muchas veces se levanta.

--¡¡guapo, guapo¡

Cuando ya está otro torero está mal calmada y anima a su amiga:

--pero mira un momento..

--¡no...¡ ¡¡que horror¡

La gente la está mirando con muy mala cara. Elizabeth se siente muy incómoda.

--¡¡yo mejor me voy¡

Elizabeth se iba a levantar pero Victoria la hace sentar:

--no me vas a hacer pasar esta vergüenza, además Sebastián ya te está esperando.

Elizabeth se queda sentada.

--¡¡mira es él.¡

Elizabeth lo mira un momento, éste sabía dónde estaba las dos amigas y mira a las chicas y brinda el toro a Elizabeth.

--¡¡no me digas que no es guapo¡ --Victoria.

Elizabeth lo mira indiferente:

--no está mal...

--¡¡tu sí que esás mal pero de la cabeza¡

Elizabeth no está dispuesta a que alguien algún día le pueda reprochar que ha visto matar a un animal así que no mira.

--pero chica que se toro te lo ha dedicado a ti...

--¡¡yo no pienso mirar¡¡

De reojo le va mirando el culo:

--no está nada mal --piensa con deseo.

Y el bulto de delante:

--tiene que ser de mentira --dice para sí.

De repente el toro se lanza contra el torero y lo coge y se apodera de él. El pánico se apodera de toda la plaza. Si ver morir a un toro es algo que no le apetecía menos ver como hieren a un torero.





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