--Sebastián, ¡¡ya llegué¡¡
--¿dónde estabas?¿cual era el apuro?
--Victoria y yo nos cambiamos los bolsos por error. Fui a recuperar el mío.
--¿y no podía esperar a mañana?
--No, tenía algo importante
--¿así?¿qué?
--No, nada, cosas de mujeres.
Sebastián se pone mimoso con ella.
--¿no me quieres contar?
--cosas de maquillaje, es que no usamos el mismo y me quería poner bonita para ti.
Sebastián la agarra por la cintura, la besa amoroso:
--tú siempre estás bella.
Él se está animando y ella se aparta de él:
--tengo que ir al baño.
--bueno, te espero.
Elizabeth va al cuarto, se encierra en el baño. Se toma una pastilla. Sebastián está en el cuarto.
--¿siempre baño vas al baño con el bolso? --dice él con una sonrisa.
--No, no... es un descuido.
Ella deja el bolso en el armario, Sebastián la abraza:
--me gusta esto de tener que acostumbrarme a tus rarezas. Mi esposa. Eres mi esposa.
Ella fuerza una sonrisa:
--si, así es.
De repente se da cuenta que su marido está haciendo la maleta.
--¿que haces?¿te vas de viaje?
--Nos vamos, me llamó tu abuelo, tenemos que ir a su boda.
Ella se pone pálida:
--¡¡no¡
--tienes que enfrentar a Mac.
--¡¡no voy a ir¡¡
Sebastian la toma de las manos:
--¿cual es tu temor? Él es tu tío y tendrás que verlo algún día y aceptarlo como tal.
Con todo el dolor y la rabia que siente, Elizabeth bofetea a su esposo:
--¡¡no vuelvas a decir esto¡¡ ¡¡nunca¡
Él la mira lloroso:
--¿es que aún lo amas?¿aún amas a tu tío?
Atormentada por sus sentimientos, Elizabeth dice:
--¡¡si lo amo, lo amo a él¡ ¡¡te juro que estoy haciendo el esfuerzo de intentar amarte pero lo amo a él¡¡
Sebastián la mira con una gran herida en su alma.
En Dallas, Raquel está viviendo en el rancho. Cena junto al abuelo y a Emilio.
De repente todo Emilio se llena de odio:
--¿¿¡qué hace este hombre en mi casa?¡
Mac acaba de entrar.
--¡¡no tienes nada que hacer aquí¡¡ --Emilio.
--te equivocas, recuerda que esta es todavía mi casa por lo tanto mi hijo Mac tiene tanto derecho como tú¡ --el abuelo.
Muy herido, Emilio dice:
--¡¡pues si piensas así yo me voy, quédate con tu nueva familia¡
Emilio quiere irse pero su padre se le acerca y le agarra de la mano:
--¡¡las pelotas del marrano¡ ¡¡¡es tu hermano y yo quiero que mis dos hijos se lleven bien¡
Mac se mete:
--no se preocupe señor Edwing --a Emilio-- que yo no quiero ser su hermano ni creo que lo sea.
Raquel llora, el abuelo atropella con su silla a su hijo menor:
--¡¡te guste o no eres mi hijo¡
--¡¡exigo una prueba de sangre¡ --Mac.
Raquel se asusta:
--¡¡no... eso no¡
Mac está muy molesto, el abuelo lo pisa:
--¡¡si me pudiera poner en pie te daría un bofetón¡¡ ¡¡no vas a dudar de tu madre ella es una santa¡
Mac se lleva las manos a la cabeza, se acerca a su madre. Se pone en cuclillas. La acaricia lloroso:
--lo siento, vieja, tú sabes que te quiero mucho pero no puedo aceptar que ese sea mi padre ¡no puedo¡
Al abuelo le duele el rechazo de su hijo:
--¡¡las pelotas del marrano¡
Emilio va saliendo:
--yo me voy que esto apuesta.¡¡avisenme cuando se vaya¡
Con ironia Mac le dice a Emilio:
--¿lo dices por ti verdad? Si es normal en los granjeros.
--¡¡maldito sea¡ --Emilio.
Los hermanos no llegan a las manos porque el abuelo se pone en medio, se golpea las piernas mientras grita:
--¡¡las pelotas del marrano¡
Emilio y Mac se miran con odio, Emilio se va. El abuelo está abatido al ver que sus dos hijos se odian. Se acerca a Raquel, la toma de las manos. La anciana está atormentada por todo lo que ha pasado.
--¡¡bueno, yo no tengo que aguantar esto¡¡¡ yo vine porque me lo suplicaste, vieja¡¡ ¡¡pero esto no lo aguanto¡¡
--¡no te vayas hijo¡ --llora ella.
--no tiene sentido.
El dolor del abuelo lo conmueve pero no quiere, no puede aceptar que sea su padre.
--pasado mañana es la boda y quisiera que nos acompañaras.
--¡¡no¡ --dice Mac con rencor.
--hijo, por favor --el abuelo.
--¡¡yo no soy su hijo¡ --Mac.
Luego Mac se dirige a su madre y le dice:
--¡si te casas con este hombre olvidate que eres mi madre¡
Raquel mira a los dos, recuerda todo el amor que vivió con ese hombre con el que se va a casar, un amor que la devolvió a la juventud. Luego recuerda a ese bebé que recogió de la puerta de su casa. Llorando dice:
--¡¡no puedo, no me puedes hacer elegir entre el amor de mi vida y mi hijo¡
Mac se iba a ir pero el abuelo lo llama:
--¿sabes que Elizabeth se casó?
Mac se gira con el rostro lleno de lágrimas:
--lo lograron, me arrancaron el amor de mi vida.
Mac se va destrozado y Raquel llora atormentada por la culpa. El abuelo cree que el dolor es por su hijo:
--todo se arreglará.
Raquel siente remordimientos pero casarse con ese hombre es su sueño y no quiere renunciar a eso.
Sebastián mira a Elizabeth muy herido. Ésta se sienta en la cama y llora con mucha angustia. Él en cuclillas la toma de las manos. La mira con dulzura.
--no me dejes. -suplica ella.
Él le besa las manos:
--¿que quieres de mi?
--sé que soy egoista pero sola me voy a volver loca, sé que no es justo para ti pero no quiero vivir sin ti, tú eres lo más cercano a la felicidad que tengo, sin ti no puedo tener paz¡¡no puedo¡
Él sonríe, la abraza:
--tranquila yo asumo las consecuencias.
--te juro que cuando hago el amor contigo voy al cielo y olvido todo mi dolor.
--pues eso es un consuelo--dice él mientras la besa y se funden el uno en el cuerpo del otro.
Elizabeth reposa su cabeza en el pecho desnudo de Sebastián después de hacer el amor. Se aferra muy bien a él porque quiere olvidar. Todas las noches suplica poder amarlo y no pensar más en Mac. En Mac que duerme en brazos de una feliz Danielle. Sebastián toma una llamada. Elizabeth pegada a su pecho.
--es tu abuelo, dice que Mac no va a ir a la boda... quiere saber que iremos.
Elizabeth besa el pecho desnudo de él:
--no me hagas recordar ese infierno. No pienso volver a Dallas.
El abuelo sufre una gran pena al saber que su nieta no irá, solo Raquel lo consuela. Los dos están juntos en la adversidad. Aunque la atormentan los remordimientos la mujer se siente feliz de poder acabar sus días junto al gran amor de su vida.
Sebastián acaricia la cabeza de su esposa.
--tu abuelo se puso triste, él te quiere mucho.
--Sebastián, me casé con mi tio, mi hermano se mató por nuestro tío. Eso es algo que nunca podré olvidar, nunca podré volver a Dallas. Yo lo que necesito es olvidar, contigo lo logro.
--pero no es amor --dice él triste.
--pero se le parece.
--dime la verdad, para no hacerme ilusiones... no tendremos un hijo ¿no?
--no, yo me estoy cuidando.
Aunque Sebastián hace que no le importa eso lo tiene muy triste.
Al día siguiente se está viendo con Julián. Los dos van a una finca a entrenar. Sebastián está furioso. Julián trata de encontrar las palabras justas que decirle a su amigo sobre el incidente de las pastillas. Sebastián le habla a Julián de su desesperación porque siente muy lejana a Elizabeth, porque no se entrega a él, porque no le quiere dar un hijo. Llevado por la desesperación, Sebastián dice:
--¡¡ojala las pastillas salieran malas y se quedara embarazada¡¡ nada me haría maás feliz que un hijo suyo..
--aunque no te ame...
Con desesperación Sebastián dice:
--¡¡me va a amar, un hijo es una union muy grande y sino almenos me queda el consuelo de ser el padre de su hijo¡
Entonces Julian decide dejar las cosas al destino...:
Mientras Mac se va con Danielle a hacer unas promociones a Australia. Piensa estar unos meses fuera, no quiere oír hablar de Elizabeth, saber de su matrimonio. Es algo que lo atormenta. Por su lado, en la intimidad, vestidos de calle de ropa de domigo y con la única presencia de Emilio, que siempre apoya a su padre, y algunos empleados, Raquel y el abuelo contraen matrimonio. Se besan con la felicidad de la primera vez.
1 mes después, Elizabeth está en la consulta de un doctor con Victoria. Ésta la apoya.
--menos mal que viniste conmigo¡¡si no la espera me vuelve loca¡¡ ¡¡este doctor no puede tener razón¡¡ ¡¡no estoy embarazada¡
--pero tienes los síntomas ¿y si es cierto?
Con angustia Elizabeth dice:
--me muero. Aunque me gusta estar con Sebastián un hijo suyo sería una atadura de por vida, no quiero eso.
Llega el doctor con los resultados de la prueba, Elizabeth toma la mano a su amiga. Está muy nerviosa.
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