jueves, 15 de octubre de 2020

Capítulo 24

 




Sebastián duerme después de hacer el amor, Elizabeth está a su lado. Lo mira con ternura, con deseo.

--Eres tan guapo, pareces un ángel.

Duerme desnudo, está algo destapado. El deseo la domina:

--tú me puedes hacer feliz.

La mujer mira a ese torero que tanto le gusta mientras que piensa en la propuesta que le hizo.

--Me gustas, claro que me gustas. Estar contigo es maravilloso, hacer el amor contigo es maravilloso.

Pero hay un pero, es un pero que la llena de amargura. Sus ojos se llenan de sangre:

--Mac...

Con Mac vienen los recuerdos que la atormentan, los recuerdos de Joe. Sólo mirar a Sebastián la calma:

--no me equivoqué contigo. Mi salvador. Tú has venido a salvarme de mi propio infierno, sé que sólo contigo puedo tratar de ser feliz.

Aunque también sabe que no será una felicidad completa porque su herida está muy profunda aunque sólo Sebastián la calma. Lo mira y trata de amarlo con todas sus fuerzas.

--irme con él ¿será lo mejor?

Si fuera por ella no lo dudaría, sólo a su lado no sufre pero le preocupa él:

--Si me voy con él será un compromiso demasiado grande aunque él diga que no.

Y eso es lo que la retiene.

--él está enamorado de mi, no es justo que lo use sin poder darle amor¿qué pasará después?¿qué pasará si él me ama y yo no lo puedo corresponder?

Se levanta mira hacia la ventana, sale a la terraza. Mira a la luna:

--¿dime luna, qué es lo que hago? ¿cómo puedo dejar de atormentarme?

En la cama lo espera un hombre muy guapo y dulce que la ama, y a ella le gusta pero hay algo más fuerte que todo esto: Mac y una herida que aún duele. 





Mac por su lado desde su apartamento. Mira esa misma luna:

--¿dime luna, ¿como puedo hacer para no sentirme tan mal?¿para olvidar la culpa?

Mac y Elizabeth mirando esa misma luna sienten que algo los une, una angustia, un amor que tienen que olvidar. Los dos se llevan las manos al pecho, Elizabeth siente que no puede estar sin Sebastián, corre a sus brazos. Muy abrazada a él siente un paz que la domina y acaba dormida. Mac se siente solo y abatido, Danielle es un desahogo para su cuerpo pero el alma la tiene llena de dolor. Mira al cielo, a las estrellas. Trata de imaginar a Joe en una de ellas.

--Yo te juro que quise ser tu amigo, que si hubiera sabido que sí eras capaz de matarte por mí...

Recuerda el beso que el chico le dio. El dolor lo derrumba:

--¡¡pero a mí no me gustan los chicos y no podía hacer nada con eso¡ ¡¡Espero que dónde estés hayas encontrado la paz que aqui no tuviste y bueno si te sirve de consuelo lo lograste, no seré feliz con tu hermana. Ella nunca podrá volver a mí y yo jamás, como tú dijiste,  nunca olvidaré que me amaste, que me besaste, que te mataste por mi culpa¡

El rostro del guapísimo modelo se llena de lágrimas:

--pero dime ¿¿cómo hago?? Si no es bastante vivir sin amor ¿porqué tengo que vivir condenado en este tormento?si te hice daño¿no crees que ya lo pagué?

Llaman a la puerta. Mac se sorprende.

--¿¿¿quien es?

--Soy Danielle, abre.

Él le abre desnudo:

--¿¿qué haces aquí?creí que estabas enojada conmigo.

Verlo desnudo es toda una tentación, aunque quería hacerse de rogar no puede. Lo desea locamente más allá de su voluntad. Se le tira encima mientras se desnuda y lo besa y lo va conduciendo a la cama. Aunque después se siente vacío sólo cuando fornica no siente ese dolor que lo está matando y aunque su cuerpo ya está apunto Mac jadea:

--¿seguro que esto es lo que quieres?¿sexo? Es lo único que te puedo ofrecer, no quiero reclamos.

Danielle lo devora con sus manos, con sus besos, con su cuerpo.

--no quiero más, te lo aseguro. Haz conmigo lo que quieras --jadea.

Ambos gozan como bestias en celo de un coito detrás del otro.





Amanece, Elizabeth despierta feliz en esa cama. Se siente aliviada gracias a Sebastián. Él no está.

--¿Sebastián?

Por un momento teme que todo haya sido un sueño, aunque no lo ama se ha sentido demasiado en paz cómo para renunciar a eso. Ve su ropa.

--No, no es un sueño.

Sus boxers, todo. Sonríe excitada. Sebastián está en la ducha. Ella sale desnuda hacia él. Se siente bien, se siente como en España antes de saber de Mac, siente que Sebastian es el único hombre que le puede hacer olvidar a Mac.  Se acerca al baño sigilosamente, ver a Sebastián totalmente desnudo y en la ducha es una experiencia que la llena. No lo ama pero está muy cerca, se siente bien a su lado. Lo desea y mucho. Lo mira ardientemente. Él se siente excitado, mientras friega picaramente con la esponja sus partes más bellas y sensibles mira a su amada y le sonríe:

--hola guapo-Dice ella muy seductora.

Él le guiña el ojo le hace gestos para que se una a él. Los dos se comen con los ojos, Elizabeth no puede resistirse a devorar esa delicia matutina.  Bajo el agua, se besan, se acarician. Él enjabona el cuerpo de ella, ella aclara el cuerpo de él y después lo hace gemir con sus caricias, sus lamidos. él hace lo mismo con el cuerpo de ella. La pasión los quema, ambos gritan de placer mientras el uno entra en el otro. Ella le clava las uñas a él en la espalda, ambos gozan salvajemente de sus cuerpos.






Mientras el uno se seca al otro, Sebastián le pregunta:

--¿pensaste en lo de ayer?Mañana me voy.

--no lo pensé, necesito tiempo.

--No tienes mucho pero que ¿hacemos hoy?¿vamos a desayunar a algún sitio? 

--tengo que ver a mi padre... no. Nos vemos en la tarde.

--pero si mañana me voy solo, quiero pasar todo el tiempo contigo.

--es que tambien quiero estar sola, saber si puedo vivir sin ti.

--te acompaño a tu casa.

--mejor no.

--es que quiero conocer dónde vives, además. No quiero que te vayas sola.

Él la mira con una cara que no se le puede decir que no.




Mac ha pasado toda la noche con Danielle. Ella le prepara el desayuno, se desvive por tenerlo contento pero él está triste. Se sientan los dos juntos a desayunar. Ella le toma la mano.

--¿¿qué te pasa?

Él se levanta, se aparta de ella:

--este no era el trato. No te metas en mi vida.

Ella lo abraza por la espalda:

--creí que el hecho que sólo me des sexo no quita que podamos ser amigos como antes. Yo sé que jamás habrá nada serio entre nosotros pero ¿es que me tienes que tratar tan mal?

Él se gira. Se llena las manos a la cabeza:

--lo siento, es que estoy muy mal.

--es por ella ¿verdad?

 Mac se levanta molesto.

--¡¡no quiero hablar de eso¡

Danielle insiste:

--no veas en mí una mujer sino una amiga. Sé como te ha lastimado toda esta historia, como ha sido injusto ella contigo.

--su hermano se mató por mi culpa.

--que él enamorara de ti no te hace culpable o no menos que ella.

--¿y crees que ella no esté sufriendo?

--no lo sé, no me importa. Está claro que nunca podrás volver a estar con ella.

--Eso es evidente.

--Pues vive tu vida. Para empezar¿qué haces en esta ciudad? Si compraste este apartamento para vivir con ella. ¡¡véndelo¡¡ ¡¡comienza de nuevo en otro sitio¡ tienes una gira en Asia, no sabía si era bueno aceptar pero serás aún más conocido y además tendrás que estar lejos mucho tiempo.

--¿cuanto tiempo?

--meses.

--No me interesa.

--¿¿porqué?¿por ella?

--No, por mi vieja.

--Si casi nunca estás con ella..

--pero tampoco puedo pasarme, no puedo alejarme tanto de ella.

--¿y entonces?

--Me iré de la ciudad, pero no del país...

Mac se empieza a vestir muy triste, Danielle sonríe satisfecha. Es su primera victoria contra Elizabeth.

--va a ser mío, mío --piensa mientras mira como se viste con deseo.


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