jueves, 15 de octubre de 2020

Capitulo 25




 Sebastián lleva Elizabeth hasta su rancho.
--wow, esto es impresionante. Me encantaría conocerlo más a fondo.
--no puede ser.
--¿porqué?
--¿Y cómo te presento ante mi padre  como el hombre como el que me acuesto?
Él la mira tímido:
--no así que no pasado mañana tengo que torear y tu padre me mata, me puedes presentar como un amigo.
--tú sabes que los padres se ponen muy nerviosos cuando una hija les presenta un amigo.Te harían mil y una preguntas que yo no quiero responder y mi abuelo... ¡tú no lo conoces, te haría un interrogatorio de quinto grado¡ por favor, pórtate bien.
Él sonríe:
--si tranquila, ya te dije que no te pienso presionar pero nos vemos esta tarde.
--si yo te llamo.
Ella le da un beso leve en los labios.
--¿me llamas?
Ella lo vuelve a besar:
--si tranquilo, es que quiero estar un rato en caso, luego hablar con Victoria.
--¿de mí? --dice divertido.
--puede ser. Entre amigas nos lo contamos todo.
Él pone cara triste al recordar que Elizabeth le pidió a esa amiga que se acostara con él pero sabe que no puede hacer reclamos.
--si ya sé que tú amiga y tú lo compartiis todo. --dice triste.
Ella lo acaricia:
--sé porque lo dices, Sebastián, fue un error que he pagado muy caro.
Él sonríe:
--no quiero pensar en el pasado.
--yo quisiera que el tiempo no hubiera pasado, que estuvieramos en España.
--ya no pienses en eso.
--cierto, no se puedo volver atrás.
--pero puedes volver a vivir conmigo  piensa en eso.
--te juro que lo pensaré y mucho.
Él le guiña el ojo:
--no tanto, déjate guiar por tu corazón... no por tu cerebro --le dice amoroso.
Ella lo vuelve a besar, en esta ocasión es un apasionado beso que los dos saborean. Sebastián ya se queda más conforme con este beso. Ella se lo queda mirando mientras él se va. Él le manda un beso. Aunque tiene miedo a comprometerse demasiado con él la verdad es que siente que la amargura la domina al estar sin él, al estar sola en ese rancho que le trajo la desgracia. Nada más entrar la casa, el abuelo la atropella con su silla:
--¿donde estabas?¿¿con quien has pasado la noche?
Elizabeth se siente nerviosa, ademas el recuerdo de su hermano preside la sala en forma de un enorme retrato, ella siente que se ahoga ante esa presencia que le hace recordar que es responsable de su muerte. Tiene que irse de esa casa.
--abuelo yo te quiero mucho pero me estoy ahogando.
--¿qué quieres decir?
Elizabeth besa a su abuelo:
--que no puedo seguir aquí.
Emilio entra en la sala. El abuelo se acerca a él:
--¡¡hijo, mi nieta se quiere ir del rancho¡ ¡¡nos va a dejar solos¡
Emilio mira a el retrato de su hijo:
--si es para su felicidad a mi me parece bien.
--¡¡las pelotas del marrano  mi nieta ha pasado la noche fuera de casa y a ti no te importa¡¡
--¿fue con él? --pregunta Emilio mirando a su hija.
-- con él no --Elizabeth triste.
Emilio se pone en cuclillas y apoya su cabeza en el regazo de su padre:
--es ley de vida, los hijos se van. Sólo nos tenemos el uno al otro.
El abuelo acaricia la cabeza de su hijo. Elizabeth mientras llama a Sebastián:
--ven a buscarme que recojo mis cosas.
Sebastián que aún no ha salido de la propiedad no se lo hace repetir dos veces.

Danielle por su parte recibe un sobre de un hombre:
--aquí está lo que me pidió.
Son unas fotos de Elizabeth con Sebastián en actitud muy cariñoso entrando en el hotel.
Danielle sonríe satisfecha:
--quiero que estas fotos salgan mañana en los periodicos más importantes de la ciudad.
--dalo por hecho.
Danielle está segura que después de ver esas fotos Mac estará cada vez más lejos de Elizabeth y más cerca de ella.




Al rato, Sebastián ayuda a Elizabeth a bajar su equipaje. El abuelo protesta:
--¿como que te la llevas del país? Emilio di algo...
Mirando la foto de su hijo Emilio dice:
--sólo un hombre está prohibido para ella.
Elizabeth no puede con la culpa y se reafirma en que lo mejor es huir con Sebastián.
--¡¡las pelotas del marrano¡¡ --abuelo molesto.
Sebastian timido dice: 
--yo la amo.
El abuelo golpea sus piernas:
--¡¡a mí no me vas a convencer con tu cara de niño bueno¡¡
Elizabeth se deshace en mimos a su abuelo:
--necesito escapar y Sebastián es el único hombre que puede hacerme feliz.
--¡pero es que te lleva muy lejos ¿porqué cuando termine su trabajo en América dónde te llevará el español?
--soy francés --dice Sebastián.
--¡¡las pelotas del marrano no me importa¡
--no he pensando en eso, no quiero pensar. No me hagas pensar.
El abuelo no deja de protestar aunque menos que con el beso de su nieta.
--ya papá Elizabeth debe tomar sus decisiones --Emilio.
--yo sé que puedo hacer feliz a su hija.
--hazlo.
Sebastián y Emilio encajan sus manos. Luego Sebastián acerca su mano a la del abuelo:
--la haré feliz.
El abuelo encaja su mano con la de él protestando.
--¡¡como le hagas daño te acordarás de mí¡
Elizabeth se despide de su padre, de su abuelo. Sebastián los saluda a todos. No puede creer que se lleve a Elizabeth con él, ella siente que se ha sacado un peso de encima, siente que con Sebastián su vida será otra, una vida sin dolor. Emilio abraza a su padre:
--que solos nos hemos quedado.


Al dia siguiente, los periodicos más importantes de la ciudad sacan la noticia del romance entre Elizabeth y Sebastián. Mac se muere de la rabia. Llama a Victoria.
--¿Mac?
--¿¿has leido los periodicos?
--si y no lo sabes todo, Elizabeth se ha ido con él
Son pareja,  van a vivir juntos. 
Aunque le duele mentirle espera que no sea una mentira, no quiere ver a su amiga sufrir por Mac. Le cuelga, Mac lanza por los aires todo lo que encuentra. Danielle se acerca a él:
--¿te ocurre algo?
Él se traga sus lágrimas:
--acepta la propuesta, me voy a Asia y cuanto más tiempo tarde en volver mejor.
Daniella se da la vuelta para que el lloroso Mac no vea la felicidad en su mirada ahora sí está segura que venció.






1 año después, Elizabeth y Sebastián están viviendo juntos en un departamento en Sevilla (España). Comen en una terraza con vistas a la ciudad. Sebastián le trae un plato con el postre. Lo destapa, es un anillo de compromiso. Se arrodilla y le pregunta:
--¿te quieres casar conmigo?
A ella no le sorprende mucho esa petición en realidad la estaba esperando. Lleva demasiado tiempo con ese hombre sin compromiso. Ella le pone las manos en las mejillas:
--contigo siento que puedo ser feliz no puedo volver a Dallas, los fantasma me van a perseguir.
--¿y entonces?
--no estoy segura que esté enamorada de ti... aunque sí sé que te quiero lo suficiente... 
--¿y entonces? --ansioso.
--sí, me caso contigo.
Sebastián lo siente como un sueño, la abraza y la besa apasionadamente. Elizabeth se aferra a él como a una medicina que necesita para vivir.

Días después, Mac está en California. Ha ido a visitar a su madre recién llegado de Asia. El periodico anuncia la boda en España de Elizabeth y Sebastián. Mac se pone como loco. Deja a su madre, lo deja todo. Sale a la calle. Danielle que no se separa de él trata de retenerlo:
--¡¡no hagas ninguna locura¡
--¡¡locura es permitir que la mujer que yo amo se case con otro¡¡¡¡eso no¡¡ ¡¡Elizabeth no se va a casar con otro que no sea yo¡ ¡¡¡esa boda la impido como que me llamo Mac Harper¡¡


No hay comentarios:

Publicar un comentario