El médico la enhorabuena a Elizabeth. La mujer se derrumba cuando le dicen que está esperando un hijo de Sebastián. Se desespera.
--¡¡no, no¡¡ ¡¡yo me estaba cuidando¡
--bueno, a veces fallan, estos métodos no son fiables del todo.
Victoria trata que su amiga no se desespere, que vea el punto positivo de las cosas pero Elizabeth sólo puede evitar pensar en Mac y en lo que sentirá cuando sepa que espera un hijo de otro. Las dos hablan del camino al auto.
--¡Mac es tu tío, eso no lo debes olvidar nunca¡¡
--pero es que el día que él espere un hijo de otra mujer yo me muero.
Elizabeth llora mientras que Victoria trata de animarla:
--tienes que olvidarte de Mac y piensa que cualquier día de estos te da la noticia. Una boda, un hijo con otra. Son cosas muy normales en la vida de un guapo modelo como él.
Elizabeth está muy atormentada:
--¡¡no, maldita ella sea quien sea¡
--Elizabeth, Mac se acabó. No era tu destino estar con él. Y sino piensa en todas las cosas que os han pasado para que no esteis juntos. Todas esas cosas son una señal.¡¡no puedes pasar por encima de ellas¡
--¿desde cuando crees en el destino y en todas estas cosas?
--Desde que a mi mejor amiga le pasan las cosas más insólitas para que no estés con el hombre que amas, cuando casi de una manera mágica te quedas embarazada de otro hombre.
--¿qué quieres decir?
--que debes olvidarte de Mac, que tal vez sea Sebastian el hombre que el destino ha elegido para ti.
Elizabeth está muy enojada.
--¡¡al diablo con estas tonterias¡
A pesar que Victoria trata de calmarla Elizabeth está muy molesta:
--¡¡voy a demandar al fabricante de las pastillas¡
--¿¿y que culpa tiene él?
Elizabeth agarra el bote de pastillas:
--¡¡las voy a mandar a analizar para asegurar que estén bien¡
--Elizabeth las pastillas funcionan en un 85 % no pasa siempre pero le toca a quien le toca..
Elizabeth se derrumba sobre la cama. Está tan angustiada que no se ha dado cuenta que su esposo ha entrado en la casa. Victoria trata de calmarla:
--Sebastián es un hombre muy bueno y te quiere, ser madre es lo más maravilloso que le puede pasar a una mujer.
Sebastián entra en el cuarto, oye que pasa nada pero no qué. Sin darse cuenta de la cercanía de su esposo, Elizabeth dice:
--¡¡yo no quería tener un hijo de Sebastián¡¡ ¡¡no quería¡
Victoria de espaldas a la puerta va acariciando la cabeza de su amiga mientras le dice:
--pero te acostaste con él y cuando una se acuesta con un hombre pueden pasar estas cosas¡Amiga, estás embarazada, no es el fin del mundo¡
Sebastian se ha quedado de piedra por lo que ha escuchado. De la emocion tira al suelo un frasco de perfume que hay en la cómoda. Es así cuando las dos amigas se dan cuenta de la presencia de Sebastian. Victoria se aparta, Sebastián se acerca con emocion a su esposa:
--mi amor, me vas a dar un hijo.¡¡qué alegría¡
Ella está tumbada en la cama, él se sienta a su lado. Le acaricia sus rubios cabellos:
--¿porqué lloras?¿es de felicidad?
Elizabeth mira a su marido molesta:
--¡¡te parezco feliz?¡
--¿porqué estás enfadada conmigo? --Sebastián mirándola con ternura.
Victoria se va acercando a la puerta:
--yo les dejo solos.
El matrimonio ni pendiente. Elizabeth se levanta y se enfrenta a su esposo:
--¡¡te dije que no quería tener un hijo¡
--pero supongo que dejaste de cuidarte ¿no?
--¡¡No y voy a averiguar que le pasaron a las malditas pastillas¡¡ ¡¡¡quiero saber quien es responsable de este embarazo que no quiero¡¡
--somos tú y yo... el destino que nos quiere unir --le dice él cariñoso.
Elizabeth es muy violenta:
--¡¡deja ya de decir tonterías¡¡
Con ojos llorosos Sebastián le dice:
--me duele que no quieras a nuestro hijo, fruto de nuestros cuerpos.
Elizabeth no quiere sentir esa vida que es parte de ella y de su esposo:
--¡¡no es nuestro hijo, sólo es un trozo de carne¡
--no hables así.
Elizabeth se va hacia la puerta, Sebastián la agarra del brazo:
--no te puedes ir así, le hace daño a nuestro bebé.
--¡¡este bebé no va a nacer, no quiero¡
Las palabras de Elizabeth se le clavan en el alma a él. La mujer aprovecha el desconcierto para huir. Cuando él reacciona sale tras ella:
--¡¡no puedes hacer esto no le hagas daño a mi hijo¡
--¡dejame en paz¡
Aunque está asustado sabe que será peor si la presiona. Está verdaderamente preocupado por la vida de su hijo. Llama a Victoria.
--me dijo algo horrible ¡creo que va a abortar¡ --dice él desesperado.
--eso lo dijo por el shock pero no lo hará, tranquilo.
El guapo torero está desesperado, angustiado:
--pero es que estaba tan alterada, temo que le pase algo a ella o al bebé.
--tú estate tranquilo, yo me ocupo de ella.
--gracias, te debo una.
--Elizabeth entenderá que tener un hijo de un hombre como tú que eres tan bueno es una bendición, no hará estupidez de dejarte ir, será el peor error de tu vida.
--caramba, gracias.
Él le agradece sus palabras con cariño, Victoria a medida que va alabando las cualidades del guapo torero se da cuenta que no le importaría más al contrario estar en el piel de su amiga.
Sebastián se refugia en casa de su amigo, le cuenta del embarazo de Elizabeth, de sus amenazas.
--¡ni que yo tuviera la culpa que ella se descuidara¡
Julián siente algo de culpa y no se atreve a hablar de su participación en el embarazado de la mujer. Sebastián se sigue desahogando:
--¡¡dice no sé que tontería que las pastillas estaban mal, que las analizará¡
Con mucho nerviosismo, Julián le dice:
--¡¡no dejes que analice pastillas o cambiaselas, te va a matar¡¡
--¿de qué hablas?
--son vitaminas, creyendo que eran de Victoria yo se las cambié. Quería que Victoria se embarazara, resulta que el bolso era de Elizabeth.
Sebastián mira a su amigo con el rostro desencajado:
--¿¿¡como has hecho una cosa así??¡¡¡¿porqué no me lo dijiste?¡¡
--porque te veía tan ilusionado deseando que algo saliera mal en las pastillas que quise dejar las cosas al azar, no sabía que tendrías tanta puntería.
--¿¿y ahora qué hago?
--No dejar que analice las pastillas, por favor. Si me delatas Victoria no me va a querer ver nunca más.
Sebastián mira a Julián con reproche:
--me has metido en un buen lío.
--¿no te hace ilusión ser papá? No tuviste la culpa, fue un error, cosas que pasan.
Sebastián abraza a su amigo:
--aunque no esté de acuerdo con lo que hiciste... gracias... y ahora a ver cómo hago. Si Elizabeth se entera de esto no sólo me deja sino que no va a nacer nuestro hijo.
Sebastián sale de casa de su amigo. Antes de hablar con Elizabeth decide ir a la casa para pensar bien que le va a decir, le sorprende ver en la mesa ropa de bebé. Elizabeth está en el sofá con unos patucos. Él la mira sorprendido. Ella se levanta, le sonríe:
--mira lo que compré para nuestro hijo.
--pero... --dice boquiabierto.
Ella le toma la mano, se la pone en el vientre. El llorar al saber que ahí dentro está una parte de él.
--¿lo vas a tener? --llora él.
Ella lo acaricia:
--perdona lo que te dije antes ten en cuenta que fue la sorpresa pero bueno... no importa qué pasó¡¡vamos a ser papás¡¡ Tú me has regalado la paz, la tranquilidad.
Ella pone su mano sobre la mano de él que está en el vientre de ella:
--este bebé es un regalo que quiero darte tú eres lo mejor que me ha pasado...
--¿entonces sí quieres a nuestrohijo?... --dice incrédulo.
Ella le da un suave beso, lo acaricia:
--como no voy a querer a un hijo tuyo, tú que me has dado tanto.
Él la abraza, está entusiasmado, aunque con Sebastián tiene una gran estabilidad Elizabeth no puede dejar de pensar en Mac. Van pasando los meses, Sebastian es un marido y un papá amoroso. Le encanta ver como a Elizabeth le crece la panza. Siempre le da besos y le habla a su bebé a su campeón, a ese que ya sabe que es un pequeño Sebastián. Su hijo los une con un lazo especial pero no el del amor. Sebastián es feliz aunque en parte, ya que está seguro que no ha logrado borrar a Mac del alma de su esposa y aunque no lo ama, está con él, se siente querido.
Por su lado Mac ha llegado a Dallas tras meses en Australia. Ha llegado sin avisar, Danielle se ha quedado esperándolo para una cita. De repente a Mac le ha entrado una gran necesidad de saber qué es de Elizabeth. De camino al rancho compra un periodico, lo hojea para saber qué ha sido de la ciudad. En las páginas de sociedad hay una foto de Elizabeth con su esposo, están en los últimos días de su embarazo. Mac se pone como loco, golpea un semáforo a patadas, cruza sin mirar y un coche se le tira encima.
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