Ha habido conmoción en los ruedos luego que un toro enganchara al guapo torero francés pero éste se levanta en medio de la confusión.
--estoy bien estoy bien.
El toro no lo ha herido pero le ha desgarrado el traje por la zona genital dejando estos al descubierto aunque sujetos por unas medias de todas formas se le transparenta. Su cuadrilla se acerca a ayudarlo:
--¡¡estoy bien estoy bien¡¡
Con una venda que le traen se ata la pierna para que no se la abra más el traje y empieza a torear. La cara que se le queda a Elizabeth al ver que el torero sigue demostrando su arte y con las pelotas al descubierto es impresionante.
--¿y esto? ¿esto es normal?
Victoria también está muy excitada:
--pues espero que sí. --dice con ironia.
La plaza se llena de Olé, olé... Parece que nadie le da importancia al percance del torero que tiene cachondas perdidas a las dos amigas. Ahora sí Elizabeth no le pierde ojo a los movimientos del torero que son muy sexys y más teniendo en cuenta que Elizabeth no está acostumbrada a ver la herramienta sexual de un chico antes que otra cosa...
--ahora sí te gustan los toros ¿no? --Victoria burlona.
--¿y a quien no? Es que yo no sabía que estas cosas pasaran.
--Y no creo que pasaran porque sino no no habría ese lío de si el bulto es natural o tiene relleno.
Elizabeth mira pícara al torero:
--pues sí que te he tenido suerte.
A Victoria también le gusta el torero:
--las dos la hemos tenido.
Sin pensarlo, Elizabeth dice muy agresiva:
--¡¡es mío¡
A Victoria le sorprende porque es la primera vez que ve a su amiga interesada en un hombre:
--¿te gusta?
Elizabeth mira maravillada a ese hombre:
--¿a quien no?
Acabada la faena, Sebastián saluda a su público torera en mano. Pone cara de niño bueno, sonríe con timidez. Su arte es lo primero y el aire que le corre por la entrepierna es algo secundario. A Sebastián le gusta que Elizabeth lo mira. Ella lo mira, él lo mira. Victoria está contenta:
--¡¡este arroz ya se coció¡ --susurra la mujer.
Victoria está feliz al ver a su amiga interesada en un hombre. Elizabeth se levanta como todo el mundo y aplaude como una loca, algo que a Sebastián le gusta. Victoria se ríe de ella:
--pero ser a alguien que no le gusta los toros... ¡¡cómo aplaudes¡¡
Le gusta su cara dulce de niño bueno y como no la entrepierna, procura olvidar al resto. Cuando el torero se ha ido, Elizabeth tiene prisas por salir.
--¡¡venga vamos¡
--chica, que prisa.
--has quedado con ellos ¿no?
--si tranquila, en seguida te podrás revolcar con tu torero, tú la que decías que jamás harías eso...
--Yo jamás dije jamás y tampoco he dicho que vaya a hacerlo, sólo quiero conocerlo. Ni que sea por no hacerle un feo.
--si claro.
Sebastián está con Julián que se le acerca burlón.
--¡¡ni digas nada¡¡ --Sebastián.
Julián le pone la mano en los hombros divertidos:
--¡¡mira que pinta tienes¡--Lo que importa es que hice bien mi trabajo ¿o no?
--si claro, que eres un excelente torero y bueno has matado dos pajaros de un tiro... ¡¡has derretido a todas las mujeres bonitas de la plaza¡
Con una sonrisa pícara, Sebastián dice:
--a mí sólo me importa una.
Con cara de pervertido, Julián dice:
--¿¡te gusto la rubia, no?
--Y a quien no.
--La rubia está cañón y se ve estrecha así que como se te dé... ¡eso sí es un triunfo¡
Con una picara timidez Sebastián dice:
--me asusté porque no me miraba. Se nota que no le gustan los toros, que iba obligada pero al fnal ¡¡no me sacaba los ojos de encima¡¡
Los amigos chocan sus manos.
--¡¡ey, pícaro¡ ¡¡seguro que eso --le señala la entrepierna-- te lo hiciste a posta para ganarte a la chica...¡¡De broma sebastián le da una patada en el trasero a su amigo:
--venga que nuestras chicas nos esperan.
Julián ya está cambiando, mientras Sebastián se va sacando la ropa su amigo le dice:
--me debes una, una bien grande.
Muy interesado en Elizabeth, el torero dice:
--eso espero.
Cuando los toreros salen, las amigas yo los está esperando.
--¡¡toreros, guapos¡ --dice Victoria.
La morena es muy coqueta, se acerca a Sebastián:
--¡¡me encantó tu actuación¡¡
Sebastián no tiene ojos sino para Elizabeth pese a que Victoria lo besa muy cerca del labio. Julián agarra a su amante:
--¿y para mí no hay nada?
Ella besa a su amante en los labios. Sebastián y Elizabeth se miran con timidez.
--soy Sebastián.
--Lo sé... Yo soy Elizabeth...
--Lo sé.
Él sonríe muy seductor, a ella le estremece la mirada de él. Su sonrisa seductora y llena de ternura. Su tono francés la tiene totalmente seducida.
--¿no te gustan mucho los toros?
--La verdad es que no. Me cuesta entender que alguien arriesgue su vida de esa manera, ¿¿no piensas que te puede matar?
--No claro que no. Así no se llega a ninguna parte...
--si te soy sincera tampoco me gusta que se maltrate a los animales.
--pero también se le maltrata para comer y...
Elizabeth en seguida lo corta:
--soy vegetariana.
Un poco triste, el torero dice:
--entonces no me debes aguantar, me debes considerar poco menos que un asesino.
aunque antes de entrar a a plaza es lo que pensaba ella le dice:
--No claro que no, tienes todo mi respecto. En cierta manera envidio tu arte, tu pasión. Es bonito que algo te guste tanto que hasta darías la vida por eso.
--Torear es lo que más me llena, me pasaría la vida toreando.
Victoria y Julián se miran burlones:
--uy estos... -- Victoria.
--ven vamos.
Los amantes dejan solo a la pareja que recién se conoce mirándose, ni se ha dado cuenta que se ha quedado sola. El uno se pierde en los ojos del otro.
Sebastián y Elizabeth están desnudos en la cama de él. El guapo torero la besa y la acaricia muy dulcemente.
--Nunca pensé que estoy fuera a pasar.
--yo tampoco. --dice ella acariciándolo con dulzura.
--y qué fue lo que te hizo cambiar de opinión? --dice él seductor.
--No sé..
--¿mi acento?
Los dos se miran pícaros:
--tal vez que no estoy acostumbrada a ver hombre desnudos sin acostarme con ellos...
Sebastián se ruboriza un poco, Elizabeth le pone las manos en las mejillas, lo saluda:
--que bonito si hasta te pones colorado...
--bueno es que ahora lo pienso y pensar que le he enseñado las pelotas a todo el país... Me da un poco de vergüenza.
Apasionada mirándolo a los ojos Elizabeth le dice:
--lo bello debe enseñarse.
Los amantes se sonríen y se besan. Mientras, Mac está llegando a España .
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