viernes, 9 de octubre de 2020

Capítulo 4

 


La relación entre Sebastián y Elizabeth va viento en pompa. El torero le enseña las calles de Sevilla, donde vive, y de Madrid que frecuenta mucho por motivos de trabajo. Ninguno recuerda que la norteamericana está de paso. Mientras esperan el momento de una cita con sus toreros, Victoria y Elizabeth se hacen confidencias. Victoria está muy sorprendida por lo interesada que está viendo a su amiga en ese hombre.

--Elizabeth Edwing ¿me estás diciendo que...?

Elizabeth sonríe:

--No lo sé pero eso es lo que parece, creo que en sus brazos voy a olvidar a Mac.

Victoria de repente mira algo, se queda pálida.

--ven vamos.

De pronto le entran prisa por abandonar ese lugar.

--¿¡qué pasa?

--No nada.

En la parada de un autobús hay un cartel, es la propaganda de un perfume "El hombre". El modelo en cuestión es Mac. Su cuerpo húmedo y totalmente desnudo, la botella del perfume que tiene en sus manos es lo que tapa sus partes ocultas. Además el modelo luce una sonrisa que derrite a cualquiera. Elizabeth mira hacia donde miraba su amiga y sufre un shock. No puede creer que así de repente tenga delante aunque en foto al hombre por el que ha llorado los últimos años, al hombre que tanto ha deseado, el hombre con el que vivió su primera vez. Victoria, ahora que su amiga estaba tan feliz maldice  ese poster.

--ven vamos.

Elizabeth está paralizada.

--¡¡no te hagas más daño, Beth¡¡

Son muchos los sentimientos que están dentro de ella y se acaba desmayando en brazos de su amiga. 





Julián ha ido a casa de su amigo Sebastián que recién sale de la ducha. Le pone una copa a su amigo. Mira el reloj. Está nervioso.

--ya llegamos tarde.

Julián se le ríe:

--a una mujer no le debes nunca mostrar tanto interés.

--No es eso pero es que no me gusta llegar tarde

--A mí no me tienes que mentir¡¡tú estás enamorado¡¡

Julián habla burlón, Sebastián se altera:

--¡¡oye, oye, que eso son palabras mayores¡¡ ¡¡me gusta y punto¡

--estás pillao, no lo niegues. Nunca te había visto tan interesado en una tía... Y ella de ti...

Sebastián pone una carita:

--¿en serio? ¿hablan de nosotros?

--No te lo había dicho para no presionarte pero Victoria está muy contenta. Al parecer Elizabeth no pudo sacarse de la cabeza a un hombre al que quiso mucho.

--¿sí? No me habló de eso.

--¡¡cómo quieres que te hable de eso¡ ¡¡contigo se acostará pero no te hablará del otro o ¿tú si le hablas de otras?¡

--No claro pero tampoco hay mucho que contar y otra cosa... Elizabeth y yo hacemos otras muchas cosas a parte de hacer el amor.

--¿sí? --Julian divertido-- que aburrido.

--bueno, sigueme contando.

--Pues eso que Elizabeth no había podido olvidar al hombre que la desvirgó.

--¿todavía?

--Así es y eso que se ha cepillado a unos cuantos pero nada y llegas tú y logras lo que ninguno otro... ¡¡eres mi héroe macho¡¡

Julián mira a su amigo con cara de depravado, Sebastian suspira enamorada. Divertido, Julián le dice:

--pero tú no pongas esa cara que en 3 días se van.

Sebastián mira a su amigo con el rostro desencajado por la pena:

--¿se van?

--claro, esa era la gracia. Nos divertimos y punto... si quieres aún estamos apunto. Podemos cambiar las chicas. No me dejes con las ganas de tirarme a la rubia.

Sebastián agarra del cuello a su amigo:

--¡¡no te metas con Elizabeth¡

Julián se aparta de él:

--bueno tío que no quiero discutir contigo.

Sebastián se lleva las manos a la cabeza, está muy triste.

--¡¡es que no entiendo porque no me ha dicho nada¡

--¿tanto te gusta?

--Mucho, por un momento pensé que ella podía ser lo que estaba esperando.

--creí que sólo te interesaba los toros, que no querías novia.

--y es verdad pero Elizabeth ha movido algo en mí.

El guapísimo torero hace un esfuerzo para que no se le escape ninguna lágrimas:

--¿porqué no me dijo que se iba?¿es que tan poco le importo?

Para tratar de animar a su amigo, Julián dice:

--a lo mejor es que está tan enamorada de ti que no quiere pensar en eso y lo olvidó.

--¿tú crees que será eso?

--no sé.

El corazón del torero late con fuerza:

--¿¿crees que aceptaría quedarse en España por mí?

Julián no da crédito a lo que oye:

--¿¡estás loco?¡¿¿¿es que le vas a ofrecer un compromiso?

--bueno no pero si le gusto... a lo mejor quiere intentarlo.

--¡¡vive a miles de kilómetros de aquí, ninguna mujer lo deja todo por nada¡

--si tienes razón --dice Sebastián resignado.

Julián le pone la mano en los hombros:

--vive el momento y olvida lo demás.



Por su lado, Elizabeth se recupera en brazos de Victoria.

--¿estás bien? ¡¡que susto¡¡

Elizabeth se ha quedado pálido. Por un momento piensa que todo ha sido un sueño pero no, Mac está delante de ella. En ese cartel de grandes dimensiones. Guapo más que nunca, seduciéndola como el primer día.

--¡¡que guapo está¡ ¡Dios no puede ser¡

--ya déjalo, vamonos, Sebastián te espera.

Elizabeth no deja de mirar ese cartel:

--¿¿es modelo?¿y en España?

--No en España no, si yo hubiera sabiado que estaba aquí...

--No pareces sorprendida de que sea modelo.

--lo sabía.

--¿¿qué?

--Sale en todas las revistas que yo compro y que tú dices que son para tontas.

--¿¿y porqué no me lo dijiste?

--¿para qué?¿para que se burle de ti otra vez?

--¡¡no tenías derecho a meterte en mi vida¡

--¡¡precisamente es eso, no me metí en tu vida¡

Elizabeth está celosa:

--¿¿qué tienes tú con él? ¿¿¿eres su amante y por eso no me dijiste nada??

--¡¡no seas loca¡¡ ¡¡ni lo conozco ni ganas de conocerlo¡¡ ¡¡es más lo odio porque una vez más te ha arruinado la vida¡¡

Elizabeth acaricia el cartel:

--tengo que verlo.

--¡¡no, piensa en Sebastián. Te iba muy bien¡

--¡¡me estaba engañando, Mac es el único hombre al que amaré en mi vida¡¡

Elizabeth se va corriendo.

--¿¿¿qué le digo a Sebastián?

--¡¡que se muera¡

Elizabeth desaparece, Victoria mira la foto de Mac. Aunque no lo conoce ya siente un gran desprecio hacia él:

--ojala pudiera tenerte en mi cara para decirte lo miserable que eres.


Elizabeth está en su habitación de hotel trata de localizar a Mac pero nadie le dice nada.

--¡¡no soy una fan histerica yo soy...¡

Pero le cuelgan. Llaman a la puerta, está segura que es Victoria. La abre con prisas para que la ayude a encontrar a Mac.

--¿tú?

A Sebastián le sorprende la sorpresa de su chica:

--Victoria me dio tu recado.

--¿mi recado?

--si que viniera a verte

Elizabeth iba a decir que ella no fue eso lo que le dijo pero algo la atrae hacia él:

--¿y ese perfume?

--¿te gusta? Se llama el hombre, es nuevo.

Elizabeth cierra los ojos, piensa en el cuerpo desnudo de Mac y hace el amor con Sebastián pensando en él. El torero que ni lo sospecha está feliz:

--que apasionada, me gusta. Nunca te habías entregado de esta manera.

Ella cierra los ojos, enloquecida por ese perfume que es lo más cercano a Mac que tiene.

--sabes, el viernes es la presentación en Madrid del perfume... Tengo invitaciones ¿vamos?

A Elizabeth le chispean ojos. Está feliz.






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